La ciudad de Nápoles se levanta en el golfo homónimo, dominado por el monte Vesuvio y delimitado al este por la península de Sorrento y al oeste por el golfo de Pozzuoli con Capo Miseno. Esta posición excelente crea un paisaje evocador, considerado uno del más encantadora en el mundo. El panorama de que usted puede disfrutar de la colina de Posillipo es la postal típica de Nápoles: el golfo, el mar límpido y el volcán en el fondo.
Visitar Nápoles significa sumergirse en una escena de la belleza extraordinaria, pues la ciudad incluye 2800 años de historia: sus iglesias, entre las cuales la hermosa catedral, los castillos famosos, como Castel dell'Ovo y Maschio Angioino, los monumentos, los museos… todo es una muestra de las diversas edades y culturas que vivieron en esta ciudad. Pero la realidad actual de Nápoles está también de gran complejidad; la ciudad era uno de los centros culturales principales hasta la anexión al reinado de Italia, ésa lanzó la ciudad en una declinación social y económica; pero Nápoles está hoy entre las ciudades italianas y mediterráneas más grandes, y todavía tiene su vocación importante como centro cultural, artístico y científico.
La abundancia artística y arquitectónica de Nápoles es inmensa, las tradiciones se arraigan en la gente y en los lugares: como ejemplo, vía San Gregorio Armeno, una calle del centro de ciudad, famosa entre los turistas para el artesanado, donde se construyen los pesebres. Visitar Nápoles es un descubrimiento de una identidad cultural fuerte, de una ciudad con una larga tradición gastronómica (el alimento italiano más famoso, pizza, fue creado aquí) y de la cálida bienvenida que la ciudad da a sus visitantes.
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